Beatriz González (Colombia, 1938)
[Zulia Zulia Zulia], 2016
Serigrafía sobre lienzo. Edición 27 de 50

49 x 195 cm
Firmada, numerada y fechada Beatriz González 27/50 en la parte inferior derecha.
 
En Zulia Zulia Zulia - serigrafía sobre lienzo de grandes dimensiones, editada en 50 ejemplares firmados y numerados- Beatriz González (1938) se refiere a la dramática crisis migratoria que se vive desde hace años en la frontera entre Colombia y Venezuela. Se trata de un trabajo rico de pathos, pero también de crítica política y de reflexión filosófica. Como es habitual en el trabajo de González, la obra ha sido realizada partiendo de fotografías de prensa, en particular de unas que retraen a colombianos que huyen de Venezuela con sus escasas pertenencias por temor a perderlas en caso de deportación por parte de las autoridades venezolanas en el marco de una de las numerosas crisis políticas que han ocurrido en las últimas dos décadas entre Colombia y Venezuela. En la obra se ven las siluetas de unos migrantes anónimos que cargan en sus hombros refrigeradores, televisiones, muebles y hasta camas, mientras atraviesan, con el agua hasta la cintura, una versión sintética del rio Táchira, que conecta las ciudades de San Antonio de Táchira, en Venezuela, con el pueblo de La Parada, en Colombia.

Este trabajo - explicó la artista a la Radio Nacional Colombiana - “tiene que ver con el problema de la frontera con Venezuela, con los diversos ríos que tenían que atravesar los colombianos. En esta obra comparaba la situación con la de los migrantes europeos que cuanto mucho llevan una bolsita con las joyas y unos euros; en cambio aquí llevan todos los enseres, los tanques de agua como si arrancaran la casa y se la repartieran entre varias personas. Es un paisaje colombiano muy actual”. Pero la obra, en el fondo, es más que esto. Si bien el referente fotográfico indica que los migrantes representados son colombianos, la imagen en sí es abierta y el espectador puede reconocer en ella también a los millones de migrantes venezolanos que en los últimos años han cruzado a pie la frontera con Colombia, huyendo de la dramática situación económica de su país. Asimismo, a pesar de su veta trágica, la imagen se configura como un himno a la capacidad de resiliencia de los seres humanos y, al mismo tiempo, como una crítica a la indiferencia de los gobiernos y una reflexión sobre la fragilidad de conceptos como los de nacionalidad, pertenencia y derechos humanos cuándo estos son puestos a prueba por los embates de graves crisis políticas y económicas. Lo que prima, en la visión de González, es una sensibilidad por lo humano - un humanismo - que va más allá de cualquier división política o condición económica.
 
Colección privada, Bogotá.
Estimado: $8.000.000 - $16.000.000